Cuando uno piensa en la ciudad de Barranquilla, lo primero que se le viene a la mente es, además de los Carnavales, la alegría y colorido de su gente y su cultura. No toma por sorpresa, por ende, el gran número de manifestaciones artísticas que nacen en la ciudad (y no sólo en ella, sino a lo largo de toda la región). Tanto en las sedes de los museos que se encuentran regados por la zona como en la calle de los grafitis, se respira arte y tradición.
Decidí empezar por el museo más popular que se encuentra en Barranquilla, el Museo del Caribe, para conocer más acerca de la tierra en donde me encontraba. Luego visité el Museo de Arte Moderno de Barranquilla, en donde encontré dos técnicas diferentes: un registro fotográfico de performances y un conjunto de pinturas.
Museo del Caribe
En el Parque del Caribe se alzan dos imponentes estructuras: el Museo del Caribe y lo que próximamente será la nueva sede del Museo de Arte Moderno de Barranquilla (MAMB).
Este museo rinde desde sus inicios homenaje a Gabriel García Márquez, uno de los escritores más (si no es el más) conocidos del Caribe colombiano, en cuya obra pueden leerse los rasgos de la cultura caribeña. Cuenta con una estatua suya en la entrada del museo y con su propia sala que ocupa el último piso del edificio. El resto de pisos se ocupan de celebrar la región, desde su geografía y fauna, hasta su gente, su historia y sus tradiciones.
Lo que más me llamó la atención del recorrido fue la presentación del final. En una gran sala se proyectaban bailes típicos de la región en donde se apreciaban los disfraces pintorescos y llenos de detalles, los ritmos, los instrumentos y la energía de la gente costeña.
Museo de Arte Moderno de Barranquilla
Mi búsqueda de expresiones artísticas en la Arenosa desembocó en la actual sede del MAMB (un edificio no tan llamativo como el que ya se visiona en el Parque Cultural), en donde se presentaban dos exposiciones: «Visitas y apariciones» de Alfonso Suárez y, en el salón de artista, una recopilación de la obra de Norman Mejía, “un artista enigmático”.
La primera exposición, que ocupa el primer y gran parte del segundo piso, consiste en un conjunto de fotografías, estatuillas, estampillas y piezas que giran en torno a la figura de José Gregorio Hernández, un médico, científico y filántropo reconocido por su vocación católica y su servicio generoso a los más necesitados. Dichas fotografías reúnen los performances que el artista efectuó en donde representaba las apariciones curativas del médico y se evidencia lo popular y lo fantasmagórico en torno a su figura. Esta obra le dio el primer premio del XXXV Salón Nacional de Artistas de 1994.
La exposición «Visitas y apariciones» se encontrará en el MAMB hasta el 11 de marzo de este año.
La segunda exposición agrupa distintas obras del artista cartagenero Norman Mejía, quien se dedicó con tanto frenesí e intensidad a la pintura al punto de aislarse de las personas durante la mayor parte de su vida para retratar conmovedoramente el sufrimiento de las víctimas de la violencia sociopolítica de sus alrededores y la impotencia del artista al no poder hacer algo para revertirlo. Su óleo “La Horrible mujer castigadora” le valió el primer lugar en el XVII Salón Nacional de Artistas de 1965 y su obra total lo consagró como uno de los pintores más importantes en Colombia.
Esta exposición se encontrará en el MAMB hasta el 28 de abril de este año.