Conocida por su pintura geométrica compuesta por segmentos de color plano, estructuras simétricas, diagonales y composiciones en espejo, la obra de Fanny Sanín se origina a partir de la configuración del espacio bidimensional y las tensiones entre formas y colores.
Durante un período temprano de su carrera vivió en Inglaterra por lo que tuvo acceso a el mundo de arte europeo en donde conoció de primera mano el trabajo de artistas como Ellsworth Kelly, Mark Rothko y Frank Stella. Como estudiante exploró el dibujo arquitectónico de donde derivó hacia la pintura.



En una entrevista para la Universidad de los Andes cuenta sobre su búsqueda en la abstracción pura: “No le pongo nombre a las obras, sería ficticio ponerle uno, porque no están contando una historia y sería inventarla… por eso es que la gente se pierde mucho, se frustran porque no hay una historia… pero a veces la gente que no tiene ni idea del arte tiene menos prejuicios, porque le llega algo, le llega el color. Es difícil que la gente entienda el arte abstracto, no es fácil llegarles a las personas”, explica Sanín. “Yo creo que el espectador podría estudiar un poquito más”, remata.