Uno de los elementos fundamentales de las exploraciones alrededor de performance y las acciones plásticas, que tuvieron sus primeras emergencias alrededor de los años sesenta y setenta, fue su carácter híbrido en respuesta a un momento histórico que miraba con sospecha y desdén los lenguajes más convencionales e instituidos asociados con las Bellas Artes. En cambio, y como fórmula de resistencia o de interrogación, los artistas adoptaron medios mixtos en los que la propuesta se echaba a andar entre fronteras indecibles, y en las que las prácticas del cuerpo, del espacio, de la escena, de la imagen en movimiento o del sonido compartían parte de sus dispositivos y estrategias.
En estos eventos o acontecimientos, como se los puede denominar, fueron bienvenidos el azar y la contingencia. La importancia del proceso y de la experiencia por encima de una determinada forma estética y con ello, la vinculación del tiempo en obras que fueron por lo general efímeras, produjo la articulación con medios como la fotografía, el cine o el video, que satisfacían la necesidad de registrar en soportes perdurables, performances y acciones realizados exclusivamente para la cámara, como grabaciones de eventos públicos en un momento determinado como lenguajes estructurantes de una obra mestiza.
Texto: Ana María Escallón
Fotos por: Maria Isabel Restrepo | Textos: curaduría Ana María Lozano y Luis Fernando Ramírez Celis | País: Colombia
Fecha de publicación: Abril 22, 2016